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Superar el duelo: Resiliencia y crecimiento

Pilar Pastor, psicóloga de FMLC

 

FMLCEl término “resiliencia” hace referencia a la capacidad del ser humano para reponerse de las adversidades y salir fortalecido de ellas. En los últimos tiempos se ha convertido en un término muy utilizado, que escuchamos en multitud de contextos.

En el post de hoy vamos a centrarnos en la definición de la resiliencia y el crecimiento a través del duelo.

La aceptación en el duelo

Para el doliente que acaba de sufrir una pérdida, o que lleva poco tiempo en duelo, resulta difícil pensar en el duelo como un proceso en el que pueda existir un crecimiento, incluso esta idea puede resultarle chirriante o dolorosa. La intención de este artículo no es mirar en positivo una circunstancia como la muerte -que carece de lado positivo-, ni tampoco relativizar o minimizar el dolor. Tampoco queremos decir que todo aquel que sufre un duelo esté llamado a experimentar un proceso de crecimiento personal cuando el dolor disminuye, ni que el duelo implique necesariamente crecimiento.

Nuestro objetivo es centrar nuestra mirada en el momento en que el dolor disminuye y la aceptación se va posando, de manera que el doliente puede tener una visión más amplia del duelo, de sí mismo y de la vida. En el momento que el dolor decrece, es como si una pantalla descendiera, permitiendo al doliente ver el camino que tiene por delante y observar su propio proceso con cierta distancia. En ese momento muchas personas deciden iniciar un proceso de crecimiento personal.

Reordenar los esquemas vitales tras el duelo

El duelo es una crisis vital importantísima y se caracteriza fundamentalmente por tambalear las bases que sustentan la vida interior de la persona. El duelo no sólo consiste en atender la ausencia de quien ha fallecido, también es todo lo que se añade alrededor de la pérdida.

Se trata de revisar nuestros esquemas vitales (es decir, la forma en que entendemos la vida y el mundo) a raíz de la muerte de un ser querido. Esto permite que, una vez el dolor haya disminuido, el doliente pueda reordenar sus valores, observar su vida, sus relaciones y a sí mismo. A partir de ahí comienza un trabajo interno encaminado a responder una pregunta que marcará el camino del trabajo personal: ¿Cómo quiero vivir mi vida a partir de ahora?

El crecimiento personal durante el duelo

Para comenzar este proceso es necesario que el dolor haya disminuido y que el doliente pueda repasar lo ocurrido con una mayor serenidad, a menudo conseguida tras haber aceptado y colocado lo sucedido en nuestra línea vital. Desde esa posición se puede observar el duelo desde fuera. Sólo así el doliente puede tener una perspectiva global de lo ocurrido, de la relación con el fallecido, de sí mismo, etc.

Con esa actitud de observación y aceptación es como si el doliente pudiera acceder a una revisión más interna de su vida. Independientemente del trabajo personal que decida o no emprender, hay un conjunto de cambios a nivel profundo que suelen darse en las personas que han elaborado un duelo.

Empatía y fortalecimiento tras el duelo

En estudios recientes donde se entrevista a personas que han elaborado su duelo, casi todos los entrevistados explican que se sienten mucho más cercanos al dolor de los demás, más empáticos y más humanos. El hecho de haber estado en contacto con el dolor más profundo y haberlo elaborado nos hace más sensibles al de los demás.

Por esta razón, cuando las personas sienten que han curado una herida emocional muy profunda relacionada con una pérdida o un trauma, a menudo desarrollan la necesidad de hacer algo por los demás. En este sentido, el agradecimiento y la ayuda al otro que sufre le permiten dar un sentido a su dolor y, por tanto, redunda en una sanación más integral y profunda que lleva al fortalecimiento de la persona tras la experiencia de sufrimiento intenso.

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

   www. fundacionmlc.org

2 comments


  1. isabel

    Hola que tal. Mi Padre fallecio hace casi 8 meses y me ha afectado bastante su ausencia. Quede a cargo de mi Madre quien carga con un duelo patologico anterior y tiene indicios de demencia senil, le veo desvanecerse dia con dia y trato de ayudarle, hacerle todo, hacerle feliz y me siento incapaz. He estado tratando de salir adelante, hablarlo con mi familia, salir, descansar, disfrutar los momentos con mi hija pero a veces puedo, y a veces no, lloro por ver o leer cualquier cosa, vulnerable. Deseo resolver mi duelo no se que m haga falta, como saber si.voy por buen camino, o cual deboseguir, entiendo que no es una varita magica y debo trabajar conmigo misma, deseo hacerlo, superar este dolor y encontrar la calma que perdi. Me siento mas humilde y empatica, agradecida con dios y la vida, soy capaz de valorar y luchar, pero no se que me hace.falta para terminar con el dolor. Ojala puedan darme consejos los hare al pie del cañon. Gracias.


  2. Querida Isabel:
    Por lo que nos cuentas, no sólo está la pérdida de tu padre, sino también el cuidado de tu madre. Lo que me transmite tu mensaje es muchísimo amor hacia tus padres y ese amor te lleva a cuidar de esa manera tan especial a tu madre y a dolerte tanto por la muerte de tu padre. Cuando cuidamos tanto a una persona, es fácil que nos responsabilicemos de su felicidad y de su mejoría en todos los aspectos, pero como humanos no llegamos a todo. Hay una parte del cuidado que está en tu mano, Isabel, pero otra no, otra depende de cómo sea y esté tu madre. En nuestra mano no está hacer feliz a una persona que no se predispone a ser feliz. Con todo lo que estas pasando en este momento de tu vida, es normal que no te sientas bien y que el dolor todavía esté presente. Son muchas cosas. Dale paciencia al proceso y al dolor, aún hay por lo que llorar y estar triste, no te apresures. Hay una parte de ti agradecida a la vida, alegre y enérgica, esa parte te va a guiar en el camino, pero no dejes que esa parte de ti se vuelva exigente y no te permita dolerte, también tienes derecho a estar mal. Quizá podría ayudarte buscar un espacio para ti, con alguien con quien hablar, ya sea una buena amiga, un familiar, algún grupo… o simplemente concederte tú ese espacio para estar triste. Sé que es duro, pero dale un espacio a ese dolor que necesita salir.
    Un abrazo Isabel,

    Pilar Pastor
    Psicóloga FMLC

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