Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC
Tras el fallecimiento de un ser querido en la familia, es habitual sentir una gran tristeza y dolor, ambas emociones que normalmente van acompañadas de lágrimas: porque se echa de menos, por la pérdida, por la soledad, por el sufrimiento, por todo el camino recorrido juntos, porque no vamos a ver a esa persona nunca más… Existen mil motivos para estar tristes y llorar.
Sin embargo, hay ocasiones en las que, a pesar de esa tristeza, a los adultos les surge la duda de si es conveniente llorar delante de los niños, o si los niños deben saber que estamos tristes o debemos mostrarles esas emociones que rodean la muerte. Esas dudas suelen venir generadas por alguna de las siguientes situaciones:
- ● Alguien nos comenta que no es bueno que los niños nos vean llorar.
- ● No da miedo que vernos tristes les entristezca a ellos también.
- ● Pensamos que nuestras lágrimas pueden impresionar a los más pequeños de la casa.
- ● Puede que nuestra desesperación traumatice a los niños.
- ● Creemos que al llorar podemos parecer débiles ante sus ojos.
- ● Pensamos que llorar es de personas débiles.
- ● Creemos que podemos causarles miedo ante esa situación y lo que conlleva.
Hay mil razones por las que creemos que llorar va a ser perjudicial para los niños y se nos olvida que, si no lloramos, a veces transmitimos otras cosas que, si nos paramos a pensarlas, están muy lejos de aquello que queremos transmitir.
Por qué no debemos ocultar el dolor a los niños
Si ocultamos el dolor o disimulamos las lágrimas ante nuestros hijos, tal vez les transmitamos ideas como las siguientes:
- ● No se debe llorar ante las dificultades.
- ● Es preferible ocultar el dolor cuando se sufre, así que enseñamos al niño a disimular.
- ● Llorar es de personas débiles o flojas.
- ● Llorar o dolerse es propio de un sexo determinado.
- ● La fortaleza se manifiesta a través de otras expresiones.
- ● Si alguien llora, hay que asustarse mucho porque algo malo pasa.
En realidad, llorar es algo a lo que deberíamos habituarnos tras la pérdida de un ser querido. Es cierto que hay personas a las que el dolor de los semejantes las bloquea o incluso les incomoda, llegando a pedir a los dolientes que paren de llorar o que estén más alegres, o incluso diciéndoles que no es para tanto.
La importancia de expresar las emociones en el duelo
Llorar delante de los niños no sólo NO debe evitarse, sino que es recomendable. Cuando lloramos les mostramos que las emociones son válidas y que pueden expresarse; que la tristeza, el miedo, la incertidumbre, la rabia por la muerte del ser querido tienen una connotación externa; que uno llora porque está triste, porque echa de menos, porque no sabe cómo va a ser su vida a partir de ahora.
Llorar no es signo de debilidad, sino que es propio de las personas que se sienten tristes, pero fuertes. Demuestra que lo que nos ha pasado nos importa, que echamos de menos a la persona fallecida. A los niños hay que enseñarles que las emociones no son malas: se llora por tristeza, por soledad, porque echamos de menos a alguien y no hay nada malo en ello.
Situaciones especiales en el duelo infantil
Sólo es situaciones muy concretas no es recomendable que los niños nos vean llorar, por ejemplo: en caso de que el llanto sea especialmente desbordante, alcanzando un nivel extremo, desgarrador, incontenible por su intensidad. Sólo en esa situación protegeremos al niño de esa emoción, ya que suele asustarles mucho y, además, no enseña la expresión adecuada de esas emociones.
Aunque se pueden dar emociones extremas tras una pérdida, es mejor que el niño no participe de ellas, porque pensará que algo muy malo está pasando y que puede que su vida ya no merezca la pena, o que la desgracia es tan grande que le acompañará de por vida. Sólo en esos casos es preferible que los niños no nos vean llorar.
Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.
También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web: