Pilar Pastor, psicóloga de FMLC
En la consulta de terapia de duelo, por norma general atendemos al doliente de forma individual. Sin embargo, el duelo no es ni mucho menos un proceso individual, sino un proceso familiar y social. Cuando una persona fallece, el sistema familiar se transforma: a menudo salen a relucir secretos familiares, discusiones y enfados, estallan conflictos, se cuestionan roles dentro de la familia que son difíciles de mantener, o que los demás esperan del doliente, etcétera.
En el mejor de los casos, la pérdida supone un punto de inflexión que mueve a la familia a realizar tanto cambios prácticos, del día a día, como cambios más sutiles, relacionados con la organización y el funcionamiento del sistema familiar, así como con el manejo emocional del proceso.
Cómo ayuda el genograma en el duelo
Uno de los procedimientos básicos de las terapias familiar y de pareja sistémicas es realizar un genograma completo, que constituye un excelente recurso terapéutico. Es muy útil para el profesional en su trabajo para comprender el marco del doliente y, a la vez, resulta esclarecedor para el propio doliente, permitiéndole contextualizar su dolor dentro del gran sistema familiar, añadiendo comprensión a determinadas emociones, maneras o creencias que salen a relucir durante el duelo.
El genograma es un sencillo mapa, un árbol familiar donde se suelen incluir tres generaciones (abuelos-padres-hijos) y la información básica tanto demográfica como de las relaciones que mantienen entre ellos. El genograma facilita que podamos ver de un vistazo toda la información relacional y básica de una familia. El objetivo es comprender desde el corazón -no para juzgar, sino para aceptar- cómo es la familia a la que pertenecemos y cómo se está viviendo el proceso de duelo.
Cómo elaborar un genograma de nuestra familia
Elaborar un buen genograma es un arte y, aunque de apariencia sencilla, como todo requiere de entrenamiento, comprensión y práctica.
El proceso de elaboración del genograma implica que, mediante un solo vistazo, podamos asomarnos a la estructura familiar y sus relaciones y será la estructura familiar la que elaboremos en un primer paso. Conforme vamos elaborando la estructura de la familia, vamos completando los datos demográficos de cada uno, que pueden consignarse con símbolos para que así nos resulte aún más sencillo.
Podemos encontrar una explicación más minuciosa y detallada de la elaboración de un genograma en este estupendo artículo.
El genograma y el duelo
En el trabajo en duelo resulta fundamental para el profesional tener en cuenta la familia de origen y propia (si la ha formado) del doliente. Hay casos en los que resulta más que necesario, puesto que en la propia demanda del doliente existe un malestar o un conflicto con la familia a raíz del fallecimiento de uno de sus miembros. En los casos en que esta demanda no es expresa, es un recurso que siempre aporta claridad, entendimiento y aceptación de muchos de los subprocesos que se dan en el duelo.
El genograma no solo aporta comprensión sobre el proceso de duelo del doliente, también le permite entender y empatizar con mayor facilidad con los comportamientos de otros miembros de la familia, puesto que a través del trabajo con el genograma podemos hacernos cargo de las “posiciones vitales” que le han tocado a cada miembro y con ello comprender diferentes comportamientos, actitudes y maneras de afrontar el duelo.
La influencia de la familia en nuestra personalidad
En nuestra familia ocupamos un lugar único, distinto al de nuestros abuelos, al de nuestros padres y también al de nuestros hermanos. Ese lugar acarrea consigo cargas, responsabilidades, derechos, roles y expectativas por parte de los demás familiares a que la persona actúe de una determinada manera.
En la forma en la que se van perfilando cada uno de esos “puestos” influyen sin duda las generaciones anteriores, lo heredado genéticamente y genealógicamente. Y el modo en que cada uno va respondiendo desde sus posiciones va influyendo y perfilando igualmente las creencias familiares, las rigideces de cada sistema, las expectativas y los modos. Los sistemas familiares son circulares, esto quiere decir que cada uno tiene su responsabilidad.
Lo que revela el genograma al doliente
Con esta perspectiva circular, de influencias mutuas, hay que tener en cuenta todo este entramado de una manera plástica. El genograma permite llevar al terreno de lo consciente como está actuando la influencia familiar en el proceso de duelo individual y viceversa. El doliente se da cuenta de cuál es su puesto y rol dentro de la familia, cómo se han elaborado los anteriores duelos y cuál es la manera familiar, ayudando a entender el porqué y el para qué de muchos conflictos que se dan a raíz de un fallecimiento.
Llevar a un nivel consciente toda esta información -que no podemos ver al estar inmersos en el sistema familiar- permite deshacer nudos individuales y familiares, añadiendo un granito de arena a la difícil tarea de elaborar un duelo. Cuando ampliamos la mirada en consulta de lo individual a lo familiar, estamos ayudando a forjar un sentido más amplio y profundo de la experiencia, lo que facilitará que se abra un camino de aprendizaje vital y crecimiento.
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dude en consultar nuestra página web: