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Reacciones más comunes de los niños tras la pérdida de un ser querido

Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC

© Malagón

Una pregunta recurrente en las consultas que recibe el servicio de atención terapéutica infanto-juvenil de la Fundación Mario Losantos del Campo es la siguiente: “¿Lo que le pasa a mi hijo es normal?”.

Muchos padres vienen preocupados, intentando comprender si las reacciones emocionales de los niños y niñas ante la muerte son normales y si les están transmitiendo los mensajes más adecuados.

En este artículo intentaremos aclarar qué reacciones son las más esperables en los niños ante la muerte.

Si un niño no muestra ninguna reacción emocional tras una pérdida

Este aspecto es uno de los que más preocupa a los adultos: ver al niño “muy entero”, que no llore, que no exprese emociones… Aunque no es lo ideal, hay que saber si las ha expresado en la intimidad, si expresa con los amigos, o si los familiares también están muy enteros.

Podemos considerar normal esta reacción si estamos hablando de adolescentes, ya que ellos sobre todo tienden a inhibir las reacciones emocionales para aparentar fortaleza, o para no añadir más dolor al de sus familiares.

Los niños no quieren hablar sobre la muerte de un ser querido

Lo que comentamos en el apartado anterior está muy unido a otro comportamiento común: que el menor no quiera hablar de lo que ha pasado, bien porque no es el momento de hablar, o porque está impactado y habrá que buscar el mejor momento para hablar de lo sucedido.

Este aspecto también es habitual y entra dentro de la normalidad. Cada niño tiene su ritmo: los hay que hablan mucho del tema y con naturalidad, y los hay que no. También tiene que ver con la forma en que se comportan los adultos que les rodean: si favorecen el diálogo o, por el contrario, tienen mucha emoción y los niños detectan que ese tema afecta demasiado y lo inhiben.

El niño está obsesionado con cosas relativas a la muerte

Si el pequeño se obsesiona con temas asociados a la muerte como cementerios, términos, información, enfermedades, años, tanatorios, etc. Todas estas cosas, aunque impresionan, son normales, especialmente durante la primera infancia. En general, es el primer contacto con la muerte y el niño, en su curiosidad infantil, quiere manejar los conceptos que le rodean y que le resultan tan impactantes.

El menor pregunta insistentemente sobre la persona fallecida

 Este aspecto es uno de los más comunes entre los más pequeños: como no entienden la irreversibilidad de la muerte, es normal que sigan preguntando cosas del fallecido; por un lado, porque desconocen muchos aspectos que otros adultos destacan, como su lugar favorito, su perfume favorito, la comida preferida, el color que le gustaba, etc.

Y por otra parte, no entienden que la persona fallecida no va a volver y eso les impulsa a dejarle notas, recados, hacerle dibujos, preguntar cuando la verán de nuevo o preparar cosas para cuando vuelvan, aspectos también muy normales en los primeros momentos. Por ello, no debe asustarnos que los niños se comporten como si el fallecido fuera a volver.

Los niños se preocupan por la salud de los que les rodean

Este aspecto, que puede resultar algo incómodo, es normal: los niños temen que al resto de los adultos que les rodean les pase algo similar y buscan asegurar su cuidado, necesitan confirmar que el mundo que les rodea va a darles estabilidad y los cuidados necesarios y estabilidad. Sólo se trata de eso.

Niños con problemas para separarse de sus seres queridos

Este problema puede venir a sustituir la ya citada preocupación por los que les rodean. Puede ocurrir que al niño o adolescente le cueste separarse de las figuras queridas, manifestándolo con cambios en sus hábitos, como volver a dormir con el progenitor que sigue vivo, no querer salir con sus amigos, protestar al ir al colegio, pedir que se les avise al llegar al trabajo, llamar a ver dónde está el adulto o cuánto le falta para volver, evitar planes a los que antes hubiera acudido para no dejar solo al progenitor por miedo a que le ocurra algo malo en su ausencia y un largo etcétera.

Todas estas reacciones son esperables, o incluso normales, tras la pérdida de un ser querido. Si se mantienen en el tiempo o se vuelven muy intensas, inadecuadas para su edad o interfieren con sus relaciones sociales, sería conveniente consultar con un profesional que a lo mejor nos puede echar una mano.

Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores  en vuestro centro educativo (a través de este proyecto)  o consultar  nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad. También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org.

6 comments


  1. María Guadalupe Bocanegra

    Hace 8 meses falleció el papa de mi hija ella tiene 10 esta entera pero muy retraída en la escuela ha bajado mucho de calificación obviamente morir el yo tuve que trabajar entiendo entonces que ella nos perdió a los dos de distinta forma? Como le ayudó???


  2. Hola Mª Guadalupe,

    En primer lugar, quiero agradecerte el comentario. En segundo lugar, respondo a tu consulta: los niños entienden que otros adultos trabajen. Es posible que si tu horario es muy extenso, la niña puede notar cierta soledad, pero no por el hecho de la muerte en sí, sino por si esto fuera un cambio significativo en su rutina, es decir: si antes estabas con ella y a partir de la muerte de su padre estos cambios han sido muy llamativos.

    Mi consejo es que le expliques que tienes que trabajar, pero que vas a sacar tiempo para hacer planes compartidos como la familia que sois. Podéis fijar un día del fin de semana, o unas horas de tus días libres para hacer algún plan que a ella le guste realizar contigo. Yo insistiría en recuperar el máximo número de rutinas que ella pueda tener, permanece abierta a sus sugerencias de pasar tiempo juntas, que seguramente sea el cambio que más le ha afectado a raíz del fallecimiento.

    Un cordial saludo.


  3. Josefina

    Hace 1 año fallecio mi marido (suicidio). Tengo un hijo de 10 años que va bien en los estudios, relaciones en cole y familiares, en conclusión, no refleja exteriormente ningún tipo de problema. Mi duda o preocupación es que no expresa ningún dolor, por lo que, me preocupa que en cualquier etapa de su vida lo manifieste. Que podría hacer para ayudarle? Gracias


  4. Querida Josefina:
    A veces resulta chocante la capacidad que tienen los niños para adaptarse a la pérdida. Es como si tuvieran instalado un mecanismo por el cual la recuperación es acelerada. A esa edad, el tiempo pasa muy deprisa y los niños tienen que adaptarse deprisa. A esas edades se suelen impactar por los cambios que conlleva la pérdida, pero si habéis mantenido sus rutinas y sus horarios, y habéis conseguido preservar bien su espacio de ocio y el tiempo que pasáis con él, es muy posible que su reacción sea la que le corresponde. En cualquier caso te adjunto un link a la guía de duelo infantil que elaboramos en la Fundación, por si allí pudieras encontrar más respuestas. Ofrécele, sin atosigarle, que si necesita algo te lo consulte, pero ten en cuenta también que a esas edades lo importante es el grupo de iguales y no los adultos. Creo que le habéis explicado bien las cosas y por eso él se muestra sereno ante la pérdida, ten en cuenta también que el modo de expresar dolor a esas edades es distinto al de los adultos.

    Te deseo mucha suerte. Si tienes alguna otra duda vuelve a escribirnos.

    Un saludo.

    Sara Losantos
    Psicóloga FMLC


  5. ivvette tovar

    mi papa fallecio hace unos quince dias mi papa fue la figura paterna de mi hijo y siempre la paso con el siempre estuvo al pensiente de mi hijo era con quien jugaba y con quien comia y salian a caminar y al doctor como puedo ayudar a mi pequeño de seis años a superarlo


  6. Querida Yvette:
    Los niños viven la muerte y el duelo de una manera mucho más natural que los adultos. Probablemente tengas más miedo tú a lo que va a sufrir, que lo que realmente está sufriendo él. En nuestra página web tienes una guía de duelo infantil que te puede orientar a la hora de hablar con tu hijo. Los niños no sufren tanto con la muerte como lo hacemos los adultos, lo único que necesitan es que les expliquemos las cosas de forma que ellos puedan entenderlas y con sinceridad, que aclaremos sus dudas y que mantengamos sus rutinas para darles seguridad.
    Un abrazo muy fuerte y escríbenos si te surgen más dudas,

    Sara Losantos
    Psicóloga FMLC

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