Sara Losantos, psicóloga de FMLC
Cuando las personas en duelo acuden a nuestra Fundación en busca de ayuda terapéutica, en la primera sesión con ellos les explicamos cómo trabajamos, en qué consiste la terapia y revisamos con ellos qué expectativas tienen para contrastar juntos que estamos alineados en la misma dirección.
Muchos de nuestros pacientes insisten en que quieren una terapia indolora, que no les haga sufrir. En estos casos, resulta tentador comprometerse a intentarlo, pero lo ideal es dejarles claro desde el principio que esa expectativa es poco realista.
El duelo tiene que doler
Algunos de estos pacientes nos hablan de terapias milagrosas que prometen efectos desde la primera sesión, que duran poco, que alivian el dolor de manera inmediata… Cuentan historias individuales de amigos o vecinos que fueron a esas terapias y se recuperaron enseguida, o dejaron de tener síntomas después de mucho tiempo, o fueron muy felices y resolvieron todos sus problemas.
Cuando esto ocurre, les escuchamos de forma muy atenta, respetuosa, interesada, porque a menudo nos gustaría pensar que es verdad, que existe para nuestros pacientes una alternativa menos dolorosa a la terapia de duelo que practicamos. A fin de cuentas, los psicólogos nos comprometemos con el principio ético de no maledicencia (ante todo no hacer daño).
No existen terapias indoloras
En ocasiones nos gustaría inventar terapias fáciles, rápidas e indoloras, pero lamentablemente no existe nada parecido. Es verdad que existen historias de recuperaciones milagrosas, pero son sólo eso, historias individuales, excepcionales pero que, en cualquier caso, no son habituales ni le funcionan a todo el mundo. También la medicina describe casos milagrosos de “remisiones espontáneas” en enfermos de dolencias graves, pero no por eso podemos creer que esas enfermedades no necesiten tratamiento.
Recientemente, una periodista cuyo padre había fallecido escribió un artículo en el que narraba cómo, rota por el dolor de esta pérdida, había viajado a Maui para descansar y, mientras se encontraba nadando con delfines, estos la habían rodeado y nadar con ellos había sido terapéutico para ella. Es una historia preciosa y seguramente es verdad que nadar con delfines tiene efectos benéficos, a fin de cuentas no debemos poner en duda el efecto terapéutico que tienen los animales sobre nosotros. Sin embargo, esto no pasa de ser una historia bonita, en el sentido de que es irrepetible, es única. No podemos elevar a categoría de terapia una experiencia individual, por bonita que sea, ya que corremos el riesgo de crear falsas expectativas en nuestros pacientes.
Cada duelo es único
Con estos argumentos, no pretendemos negar la existencia de estas historias individuales, sino tan sólo la posibilidad de convertir estas estrategias en terapias universales para todo el mundo. La terapia que ofrecemos en nuestra práctica profesional quizás sea menos atractiva, pero más real, porque se basa en la siguiente máxima: los duelos duelen y eso no podemos evitarlo.
Lo que ofrecemos es acompañar a la persona que está en duelo mientras dura este proceso: para que mire su dolor, para que le ponga nombre, para que esté con todo ese dolor; un dolor que es normal sentir cuando uno está en duelo, igual que es normal que nos duela un pie si nos cae una piedra encima.
No hay duelo sin dolor
Afrontando el dolor y mirándolo, el dolor se deshace, aunque pueda parecer paradójico. Proporcionamos calidez, escucha y guía en un proceso profundamente confuso e intenso. Quizás no sea rápido, pero sí es eficaz y su poder terapéutico está demostrado, aunque para conseguirlo haya que sufrir.
Todas estas reflexiones se basan en la experiencia profesional de nuestros psicólogos con pacientes en duelo y en los comentarios recibidos en este blog durante los últimos dos años. Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:
Nuria
Por favor, podeis recomendarme un profesional en Asturias? Muchas gracias
FMLC
Estimada Nuria:
Normalmente a las personas que nos piden consejo para buscar ayuda en duelo fuera de la Comunidad de Madrid les remitimos a esta completa guía de recursos de la Sociedad Española de Tanatología: http://tanatologia.org/seit/gruposapoyo-espana.html
Sin embargo, desconocemos el tipo de servicio que ofrecen las demás asociaciones que aparecen reseñadas, por lo que no podemos hacerle ninguna recomendación específica.
Lamentamos no poder serle de más ayuda en esta consulta. No dude en preguntarnos si tiene cualquier otra duda.
Un cordial saludo,
Equipo FMLC