David Oslé, psicólogo infanto-juvenil de FMLC
En posts anteriores, hemos comentado cómo en el duelo se experimentan distintas emociones: dolor, tristeza, enfado, soledad, vacío, melancolía, desgana, culpa, miedo, inseguridad… Podemos pasar muchas veces de una a otra o, incluso, sentir varias a la vez. En el duelo infantil ocurre lo mismo: la muerte de un ser querido produce un baile de emociones. El problema está en que a los niños, a veces, no se les da tan bien bailar con ellas. De ahí, la importancia de la educación emocional. En este artículo, ahondaremos en la necesidad de aprender a identificar las emociones para poder facilitar el duelo infantil.
Cuando un bebé tiene hambre, grita y llora. Si tiene sueño, grita y llora. En el caso de sentir miedo, grita y llora. Cuando está triste, también grita y llora. Es decir: maneja de la misma forma todas las emociones que siente. La educación emocional consiste en aprender a manejar las diferentes emociones de un modo distinto.
La importancia de la educación emocional
El primer paso en la educación emocional es aprender a distinguir lo que sentimos, aprender a diferenciar las emociones unas de otras. Esta tarea a los adultos nos resulta más sencilla que a los niños: llevamos más tiempo bailando y discernir más fácilmente unos estilos de otros. Muchas veces, a los niños les tenemos que reflejar lo que vemos que están sintiendo para que ellos mismos puedan manejarlo.
El problema que nos podemos encontrar es que los adultos no siempre usamos el lenguaje apropiado para definir un estado de ánimo o para nombrar las emociones. No tenemos más que pensar en lo que solemos responder a las preguntas “¿qué tal?” o “¿cómo estás?”: probablemente la gran mayoría de las veces sea “bien” o “mal”. A su vez, también son muy comunes locuciones como estar “de bajón”.
Estas expresiones señalan un concepto muy amplio, pero muy poco definido: estar “de bajón” puede ser estar triste, enfadado, solo, melancólico, desganado, alicaído, taciturno… La diferencia es muy sutil y es que cuando estamos “tristes”, la mayoría siente la necesidad de llorar o de recogerse, cuando estamos “solos” podemos probar a llamar a algún amigo, cuando estamos “enfadados” podemos desahogarnos… Sin embargo, cuando estamos “de bajón”, es probable que no tengamos muy claro lo que tenemos que hacer. Del mismo modo, las bulerías, las rumbas o las sevillanas se pueden englobar dentro del “flamenco”, pero no se bailan del mismo modo.
Cuando no nombramos bien la emoción que sentimos, no terminamos de saber bien qué nos pasa y dejamos de poder manejar ese sentimiento de un modo adecuado. Al final, nos acercamos más al bebé que llora y grita siempre porque no sabe distinguir sus sensaciones. Por otro lado, cuando nombramos bien la emoción, somos capaces de ordenar nuestra conducta y nuestro entorno: sabemos cómo estar con lo que nos rodea y lo que nuestro entorno sabe cómo estar con nosotros.
Herramientas para ayudar a identificar las emociones
Existe una gran variedad de materiales que nos pueden ayudar a “poner nombre” a aquello que sentimos:
- Juegos de mesa como Emotions Detective o Emociones a pares, en los que tenemos que identificar las emociones que expresan distintos personajes.
- Libros como el Emocionario o El monstruo de colores, describen muy bien cada emoción y enseñan a distinguir unas de otras.
- Películas como Del Revés hablan explícitamente de las emociones, de sus diferencias y de sus interacciones.
De todos modos, el material más potente que tenemos a nuestro alcance, es a nosotros mismos como adultos y modelos, verbalizando cómo nos sentimos y cómo gestionamos nuestras emociones.
Recursos para atender el duelo infantil
Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.
También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web: