Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC
Se acerca una fecha muy temida para las personas que trabajan con niños o para las madres de niños o niñas que han perdido a su papá: hablamos del Día del Padre, una fecha que se celebra tanto desde la televisión como en el colegio, y recuerda un día que tal vez algunas personas no quieran celebrar o no sepan qué hacer tras la pérdida sufrida.
Para los más pequeños, a quienes se suele animar en el colegio para que realicen una manualidad a modo de regalo para el Día del Padre, es un momento complicado. Normalmente ocurre que en clase, durante una o dos semanas antes de la fecha, les van pidiendo material. Se proponen ideas y finalmente se decide elaborar un obsequio simbólico para regalar a los padres ese día.
El duelo infantil en el aula
Muchos profesores que suelen realizar estas actividades nos preguntan qué pueden hacer en esa fecha señalada, cuando en su clase hay un alumno que no tiene padre porque ha fallecido. A estos docentes les preocupa que realizar esa actividad haga que estos alumnos se sientan diferentes. O que les cause dolor su recuerdo o no poder entregárselo a su padre. A menudo lo que hacen es plantearles la actividad, pero dirigiendo el regalo a otras personas. por ejemplo: le dicen al niño que puede hacerlo para su abuelo, su mamá, o algún hermano mayor.
Otros, atemorizados por el impacto que puede tener en el alumno el hecho de recordar a su padre fallecido o no saber qué hacer con el obsequio en cuestión, deciden no hacer la actividad que tradicionalmente se suele realizar en los centros escolares.
No enmascarar la realidad con los niños en duelo
Cuando se da una situación como ésta, normalmente explicamos a los profesores que el 19 de marzo se celebra el Día del Padre y que, aunque nosotros queramos preservar a esos niños de un recuerdo que puede traerles dolor, ellos no son ajenos a la realidad: saben que es el Día del Padre, porque los medios de comunicación se encargan de repetirlo hasta la saciedad, independientemente de lo delicados que sean los docentes en el aula.
Aunque se trata de una fecha que puede recordar a estos menores que son diferentes, que su papá murió, haciéndoles revivir la pérdida, o causándoles sensación de soledad, abandono, tristeza o rabia, no debemos temer afrontar la realidad con ellos. Independientemente de que podamos pasar por alto un día concreto del año, será imposible que el 19 de marzo pase desapercibido del calendario, por mucho que hagamos por esconderlo.
Qué hacer con los alumnos en duelo en fechas señaladas
No es adecuado explicarle al niño que puede hacer el obsequio para su abuelo, su mamá o cualquier familiar que le cuide. Recordemos que ese niño ha tenido padre, un papá que le ha querido y que desgraciadamente, por distintas circunstancias, ha fallecido. Así que equiparar al abuelo o a otro pariente con su papá NO es lo más recomendable en estos casos.
Es como darle un doble mensaje al niño: por un lado, le transmitimos que otra figura puede ocupar el lugar de papá y, en segundo lugar, hacemos como que no pasa nada y todo se mantiene, como si no fuera importante conmemorar al padre fallecido.
Cosas que pueden ayudar al alumno en duelo
- – Preguntar al niño si le apetece realizar la manualidad.
- – Explicarle que, aunque ya sabemos que su papá ha fallecido, puede hacer el regalo como un homenaje, una forma de recordar esos Días del Padre que tanta ilusión le hacían a su papá y que sí ha vivido.
- – Podemos explicarle que puede poner esa manualidad en un sitio importante de la casa que le recuerde a papá, como homenaje, o que también la puede llevar al cementerio, si va a visitarle, en recuerdo de los días vividos con papá.
- – Si se muestra reticente, podemos eximirle de la actividad y proponerle otra alternativa, mientras sus compañeros dedican tiempo a preparar el regalo del Día del Padre.
Hay que recordar que los tiempos de los niños son impredecibles, que no todos van a reaccionar igual y que tendremos que saber si es la actividad adecuada o no. Es cierto que a veces es difícil enfrentarse a estas situaciones, pero no hay que tenerles miedo: habrá muchos 19 de marzo en los que recordar a ese padre fallecido y realizar nuestro particular homenaje. Como siempre, la prudencia debe imperar en estas situaciones y, ante cualquier duda, es aconsejable consultar a un profesional.
Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.
También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web: