Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC
Durante nuestra infancia la vida está llena de actividades, planes, amigos, aprendizajes y multitud de cosas que mantienen al niño conectado con la vida, eso hace que los duelos infantiles sean más fáciles de sobrellevar.
Pero también existe una gran desventaja y es que, cuando los niños sufren la muerte de un ser querido, no están exentos de otras pérdidas que pueden sobrevenir, o de otras situaciones dolorosas que pueden complicar el duelo que están tratando de resolver.
Las pérdidas del niño en duelo
A lo largo de nuestra experiencia profesional, a menudo nos hemos encontrado con situaciones similares a estas:
- Fallece un progenitor en un accidente y, a los pocos meses, cuando se estaba resolviendo el duelo, fallece un abuelo que estaba muy implicado en el cuidado del menor.
- Niños que han perdido a un hermano o a un amigo y, al mismo tiempo, un pariente cercano sufre un revés de salud grave.
- Fallece un abuelo que ejercía de cuidador y, al poco tiempo, el otro abuelo.
- Muere un amigo del niño y también fallece un progenitor.
- Fallecen ambos progenitores en un accidente.
- Se produce la muerte violenta de algún miembro de la familia y el suicidio de otro.
- Ocurre la muerte violenta de varios miembros de la familia.
- El menor sufre la pérdida de un ser querido que vive a mucha distancia y no hay tiempo para asistir a rituales ni a despedidas.
En general, nos referimos a situaciones en las que la muerte sucede en circunstancias violentas y se percibe como muy injusta, o casos en los que surge una situación grave de salud o un duelo mientras se trata de procesar otro y el menor que empezaba a reintegrarse en la normalidad se enfrenta a una nueva situación difícil de encarar.
Reacciones de los niños ante varios duelos sucesivos
- El niño se muestra enfadado y con razón. Si ya es difícil asumir una situación complicada, cuando son dos o más lo habitual es que aparezca esa sensación de enfado. Hay que intentar que el niño exprese su enfado, legitimarlo. Tiene derecho a estar enfadado y desde ahí tratar de elaborar aquellas cosas buenas que hubo o dirigir el enfado hacia la realidad.
- Conductas desajustadas. El niño puede dejar de comportarse de manera adecuada o mostrar conductas dañinas o de oposición. Es el modo de canalizar el malestar que tiene. No hay que tolerarlas, sino explicarle al niño lo que creemos que está pasando y ayudarle a reconducir sus emociones.
- Inicio de las conductas de riesgo. Esto es muy típico en la adolescencia: como ya han perdido mucho, el menor valora que ya nada más va a pasarle o que le da lo mismo, ya que la vida no tiene nada que ofrecerle.
- Regresiones en el duelo inicial.
- Incapacidad de otros adultos que le rodean de ofrecer ayuda. Es muy habitual que los adultos también estén sobrepasados por las circunstancias dramáticas que han vivido y no puedan dar respuesta a las necesidades de los menores.
- Problemas atencionales. Son incapaces de centrarse en otras cosas.
- Apatía y desinterés.
- Miedo a que se repita esa situación.
- Sensación de mala suerte perpetua, que les genera cierta indefensión aprendida, piensan que hagan lo que hagan no van a ser felices.
- Ideaciones suicidas, buscando reencontrarse o terminar con el sufrimiento.
Hay múltiples conductas que podemos encontrar en los niños y adolescentes. Pero, si se da un duelo doble o varios duelos sucesivos, debemos estar atentos y consultar con un profesional para ver si se está procesando de manera adecuada, aunque parezca que los menores están bien o que no les ha afectado.
No debemos olvidar que, aunque las reacciones del niño sean normales, una complicación del duelo puede perjudicar el desarrollo de los menores y sus relaciones. Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.
También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web: