Sara Losantos, psicóloga de FMLC
En este artículo quiero dirigirte mis palabras a ti, que tienes a un conocido, un familiar o un amigo en duelo. Lo he hecho en ocasiones anteriores, a través de otros artículos o vídeos. Pero hoy me dirijo a ti en un tono más familiar, en primera persona.
Quiero contarte que todos los días veo a personas que, al igual que el doliente a quien acompañas, está viviendo la pérdida de un ser querido. Casi todos me dicen que reciben mucho cariño por parte de su entorno, que estáis pendientes de ellos y que os están muy agradecidos. Muchos también me cuentan que son conscientes de que os sentís sobrepasados y que no sabéis muy bien cómo ayudarles. Notan que su dolor llega a haceros daño, perciben vuestra impotencia y sienten vuestro dolor contagiado del suyo.
Por otro lado, también admiran el modo en que los sostenéis y cómo os organizáis para no dejarlos nunca solos. Pero la verdad es que les preocupa cómo va a afectaros a largo plazo este sobreesfuerzo que estáis haciendo y a menudo me piden que explique brevemente de qué forma podéis ayudarles sin sobrecargaros o desgastaros.
Cómo acompañar a un doliente
Quiero comenzar pidiéndoos que no os retiréis, ya que cumplís una función clave de apoyo y sostén a los dolientes. Habrá muchos gestos vuestros que precipitarán un cambio importante, aunque no sea visible desde el principio. La suma de muchos gestos es lo que determina el cambio en la situación de una persona, pero todos los cambios requieren tiempo, así que tened paciencia.
Lo más importante que podéis darle a un doliente es vuestra cercanía, vuestra presencia en forma de llamada, de whatsapp o de ofrecimiento. Podéis ofrecer seguridad simplemente estando ahí para esa persona. No os asustéis por las reacciones que puedan tener, la gama de reacciones que son normales durante el duelo es amplísima. El ser humano está preparado para sobrevivir a la pérdida de un ser querido, pero necesita elaborar ese proceso acompañado.
No debéis preocuparos si vuestros “conocidos” lloran. Las lágrimas son un recurso del que disponemos a nivel fisiológico, porque contienen una sustancia muy parecida a una benzodiacepina que, al liberarse, nos calma. Interrumpirlo puede generar ansiedad.
Respetar las reacciones emocionales del doliente
Cuando os mantenéis cerca del doliente sin dar consejos y manteniendo la serenidad, le estáis transmitiendo un mensaje muy poderoso de confianza en su propio proceso y en su capacidad para superarlo. La confianza es quizás una de las herramientas más poderosas.
Si, por el contrario, le dais instrucciones para que llore menos o para que salga más, podéis crear un efecto pernicioso sin pretenderlo, haciendo que el doliente se sienta incomprendido en el enorme esfuerzo que hace para seguir viviendo y para realizar actividades cotidianas que, aunque parezcan sencillas de hacer, para ellos suponen un gran desgaste. Los dolientes no eligen lo que sienten o lo que piensan, sólo pueden elegir lo que hacen con ello.
Si perciben en vosotros reacciones de rechazo al dolor, lo único que pueden hacer es alejarse para no recibir esos mensajes o para no haceros daño, lo que contribuye a aislarlos más. Cada vez que os hablan de cómo se sienten, liberan cortisol, que es la hormona del estrés. Por favor, no les interrumpáis: animadlos a seguir hablando sin hacer juicios, sin comparar, porque cada experiencia de duelo es única.
Ayuda práctica para la persona en duelo
El amor es la herramienta más poderosa de la naturaleza y, a la hora de ofrecérselo a un doliente, adopta formas concretas:
- Hacedles la compra.
- Acompañadlos al médico.
- Cocinad para ellos.
- Escuchadlos sin juzgar.
- Confiad en sus propios recursos y potenciadlos.
Este es un llamamiento a cada uno de vosotros y a la sociedad en su conjunto: Por favor, no abandonéis al doliente, no dejéis de llamarle, no dejéis de escucharlo. Hacéis mucho bien, os necesitan, sostened su dolor para que ellos puedan confiar y descansar de él. ¡Gracias por todo lo que les dais!
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web: