David Oslé, psicólogo infanto-juvenil de FMLC
En artículos anteriores y en nuestro canal de Youtube hemos recomendado películas de las que nos podemos valer a la hora de hablar de muerte con niños. Son largometrajes que tienen la muerte como tema central o como elemento importante en algún momento de la historia.
En este artículo vamos a proponer una serie de acercamientos para aquellos que se pregunten: “Vale, pongo la película pero, ¿cómo hablo con mi hijo?”. Para aprovechar la película al máximo, recomendamos una serie de pasos o pautas que ayudarán a los padres a dirigir la conversación con los niños, para acercarse a la realidad de la muerte aprovechando la película que estén viendo.
Primer nivel de acercamiento al duelo
Es más fácil hablar de los demás que de uno mismo: podemos preguntar al menor cómo se sienten los distintos personajes de la película cuando sufren la muerte de un ser querido. Por ejemplo:
- Reconocer la emoción en los personajes: ¿Se pone triste? ¿Se enfada? ¿Tiene miedo…? Generalmente, los directores de películas, los actores o los dibujantes –si es una película de animación- dejan muy clara la emoción: si está triste llora, si está enfadado pone una mueca, si tiene miedo se esconde…
- Reconocer la intención en los personajes: ¿Qué quiere hacer? ¿Por qué crees que está haciendo eso o portándose así? Desde bien pequeños los niños aprenden a reconocer intenciones en las expresiones de los demás. Podemos hablar de las intenciones de los personajes que han sufrido una muerte. Si no son capaces de entender o reconocer estas intenciones, podemos explicarles posibles reacciones a la muerte de un ser querido.
Hablar con los niños de esto ya sería un ejercicio interesante y nos aproximaría a la realidad de la muerte, además de darnos ejemplos de posibles reacciones ante una pérdida, ya sean recomendables o no.
Segundo nivel de acercamiento al duelo
Cuando en una familia se produce una muerte, la misma pérdida que sufren los niños probablemente la sufran también sus padres o los adultos cercanos. Un segundo paso en nuestra aproximación a la experiencia de la muerte podría ser hablar de qué sentimos nosotros como adultos. ¡Ojo! El objetivo no es buscar que los niños sientan lo mismo que nosotros, sino compartir nuestra experiencia. Por ejemplo:
- Reconocer nuestra emoción: ¿Estamos tristes? ¿Tenemos momentos de enfado? ¿Nos dan miedo cosas que antes no temíamos? No es cuestión de volcar nuestras inseguridades en nuestros pequeños, sino de compartir que la muerte de un ser querido tiene repercusiones a nivel emocional: que está bien y es normal estar triste, enfadarse a veces o estar más irritable, así como sentir temor ante situaciones que no nos daban miedo antes. Es desagradable, por supuesto, pero está bien y es normal.
De nuevo, llegar hasta aquí ya sería un aprovechamiento maravilloso de la película: habríamos hablado con los menores de las reacciones de otras personas ante la muerte de un ser querido y de las nuestras propias como adultos cercanos.
Tercer nivel de acercamiento al duelo
El último paso en la reflexión a través de la película que hayamos elegido sería preguntar a los niños cómo se sienten ellos. Cabe la posibilidad de que no quieran responder y es comprensible. Cuanto menos forcemos el proceso, más probable será que compartan con nosotros: ver la película en un ambiente de cariño y acogimiento, aprovechar una película que le guste, con palomitas… Sin embargo, si le imponemos una película que no quiere ver y planteamos todas estas preguntas en forma de interrogatorio, será menos probable que los niños quieran compartir lo que sienten.
Aun así, aunque consigamos el ambiente deseado y hagamos las preguntas con tacto y cariño, es posible que los niños no quieran hablar de ello. Esto es normal y habrá que mantener el ambiente de cariño y acogimiento hasta el final de la peli. Como hemos dicho, haber logrado los dos pasos anteriores ya es un ejercicio muy bueno. Para abordar este nivel, podemos:
- Preguntar a los niños por sus emociones: ¿Y tú, te has sentido como él/ella alguna vez? ¿También estás triste a veces? ¿Entiendes por qué se puede sentir así el personaje? ¿Hay algo que te dé miedo? No hay que esperar una respuesta abierta y emocional: no dejan de ser niños y, si son mayores, no dejan de ser preadolescentes o adolescentes. Lo más normal es que nos contesten “sí” o “no”, pero eso es más que suficiente. Recordad que están viendo una película.
Recursos para atender el duelo infantil
Llegar a este tercer acercamiento es más complicado de lo que parece. Como hemos dicho: es más probable llegar a él si somos capaces de crear un ambiente cariñoso y acogedor. Pero, si no llegamos a él, también habremos aprovechado muy bien una película para hablar de la muerte con nuestros pequeños.
Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.
También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web: