Gracias a nuestra campaña anual en supermercados, y a la solidaridad de colegios y donantes privados, este año hemos recogido un total de 5.005 kilos de alimentos no perecederos que contribuirán durante varios meses a combatir la malnutrición de los niños y ancianos de la comunidad de Benga, al este de Malaui.
Según Ana Alcocer, gerente de FMLC, “aunque el objetivo de esta edición era superar las seis toneladas que recogimos en 2019, nuestro récord hasta ahora, casi lo hemos logrado, así que estamos tremendamente agradecidos a la respuesta ciudadana, como siempre excepcional”.
Este mes las 5 toneladas de alimentos –que incluyen principalmente aceite, legumbres, pasta, arroz, leche en polvo y conservas de carne y pescado- serán transportadas a Sevilla, donde la asociación Llamarada de Fuego las enviará a la Parroquia de Benga, situada al este de Malaui, que coordina diversos proyectos de educación y salud en colaboración con FMLC
Alimentos para frenar la malnutrición
Tras una décima edición limitada por las restricciones de la pandemia, la undécima campaña «Alimentos para Malaui» reunió a un equipo de 40 voluntarios que durante dos días lograron recoger 2.695 kilos de productos no perecederos en el supermercado Makro de Alcobendas y en el centro comercial La Viña de San Sebastián de los Reyes. También se movilizaron los padres y alumnos del International School of Madrid (ISM) y varios donantes particulares, que durante las últimas semanas han aportado 2.310 kilos más a la campaña.
Según Manuel Hernández, misionero y coordinador de los proyectos en Benga, los 5.005 kilos de alimentos servirán para mejorar durante algo más de cuatro meses la nutrición de 205 menores que asisten a las escuelas de Benga y Mlambe. También permitirá distribuir un suplemento nutricional entre 210 ancianos sin recursos de Benga durante tres meses, así como repartir papillas, leche infantil y de continuación a unos 130 niños lactantes. “La ayuda alimentaria que nos llega a través de esta campaña es fundamental para las familias de Benga, especialmente durante la época de cultivo, cuando las familias con pocos recursos ya no disponen de comida porque sus reservas de grano se han terminado”, explica.
Diminuto y sin salida al mar, Malaui es actualmente uno de los países más pobres del mundo. El país africano sólo cuenta con cuatro hospitales de referencia para atender a sus 18 millones de habitantes y se calcula que cerca de 2,8 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, para las que el gobierno ha solicitado ayuda humanitaria.