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El duelo infantil: Cómo retomar la rutina con los niños tras el confinamiento

David Oslé, psicólogo infanto-juvenil de FMLC

A menudo la muerte de un ser querido nos conduce al retraimiento y al recogimiento en el hogar. Una de las características del duelo es el desinterés por retomar la rutina, realizando actividades fuera de casa y la inapetencia de abandonar el hogar (¡o incluso la habitación!). Esto no es ningún signo de alarma, al contrario, es algo muy natural. Incluso los animales heridos buscan el retraimiento y la soledad.

La alarma salta cuando la persona que ha sufrido la pérdida es incapaz de reincorporarse a las actividades fuera de casa, a los encuentros sociales y a disfrutar del ocio. En este artículo, plantearemos cómo retomar la rutina con los niños tras el confinamiento motivado por el Coronavirus y tras la pérdida de un ser querido.

Durante esta situación de pandemia, es probable que muchos niños hayan perdido a un ser querido y se hayan visto recluidos en sus casas. Es posible también que algunos niños hayan sufrido una muerte anterior al estallido del Covid-19 y hayan tenido que eliminar sus actividades de fuera de casa y sus encuentros sociales.

¿Cómo afecta el confinamiento a los niños?

El confinamiento es una situación en cierto sentido apetecible: el duelo constituye una situación muy estresante, puesto que ocurren muchos cambios a niveles muy profundos y el cuerpo no tiene los recursos suficientes para hacerles frente de un modo muy eficaz. En este contexto, el hogar supone un ambiente con unas bajas demandas al que es más fácil enfrentarse.

Por otro lado, el retraimiento y la soledad conllevan un menor acceso a un posible disfrute. Generalmente, las actividades placenteras están fuera de casa: jugar en el parque, echar un partido de fútbol, hablar con los amigos, ir a la piscina… En cierto modo, al salir de casa o estar en un ambiente social es más probable pasárselo bien o disfrutar.

En la actualidad, nos encontramos en un momento de desconfinamiento, en el que poco a poco vamos volviendo a una normalidad parecida a la que teníamos previa a la pandemia. Ello también implica volver a salir de casa, a reanudar actividades, a los encuentros sociales… Con lo expuesto anteriormente, habrá niños en duelo que estén deseando encontrarse con sus amigos y disfrutar de la calle, pero también habrá niños a los que no les apetezca.

Como hemos dicho, es normal que se prefiera estar recogido en casa, siempre y cuando no se alargue y se enquiste esta situación. Es recomendable retomar las actividades en algún momento, Pero lo que no se puede pretender es que se retome la rutina al mismo nivel al que se estaba antes del confinamiento.

Imaginemos que tenemos que montar en bicicleta: las dos o tres primeras pedaladas siempre son las más duras. Después vamos teniendo un ritmo más agradable y ligero. Sin embargo, si paramos de pronto y queremos volver a arrancar, no vamos a tener inmediatamente el mismo ritmo. Para conseguirlo, tendremos que volver a dar pedaladas duras hasta alcanzar el ritmo anterior.

¿Cómo ayudar a aquellos niños que no quieren retomar su rutina fuera del hogar?

  • Programar. Cuanto más adelantemos la actividad, más tiempo habrá para prepararse. Una opción es coger un calendario o una agenda y apuntar junto a ellos el día y la hora en la que se realizará la actividad. Esto puede ser, por ejemplo, visitar a familiares o amigos, dar un paseo, ir a montar en bici…
  • Progresivo. Como hemos dicho, hay que retomar las actividades poco a poco. Para facilitar este proceso, podemos empezar saliendo de casa una vez por semana, luego una vez cada día, para posteriormente hacerlo varias veces al día…
  • Proponer. Ofrecer al menor la opción de que elija la actividad a realizar o incluso el número de veces que se sale durante una semana (siempre y cuando sean la cantidad que consideremos). Es decir, podemos decirle que elija cuándo sale esta semana y a hacer qué. Si nos dice que quiere salir únicamente el miércoles a comprar el pan, le podemos decir que tiene que salir mínimo tres veces; que puede ser el miércoles para comprar el pan, pero que tendría que pensar otras dos actividades. En el caso de que no quiera escoger, elegiremos nosotros, pero en ningún caso le exime de salir.
  • Premiar. Como siempre que queramos que alguien haga algo nuevo o que le cueste, debemos premiarle de algún modo cuando lo haga. Ya sea diciendo lo contentos que nos pone, o lo orgullosos que estamos, o dejándole elegir una película para ver juntos esa noche o el postre de la cena.

En resumen, el recogimiento en el duelo es normal y también es habitual que cueste retomar la rutina fuera de casa. Al fin y al cabo, arrancar al montar en bicicleta es la parte más difícil, pero luego se va haciendo más sencillo.

Recursos para atender el duelo infantil

Para saber más sobre la atención del duelo infantil, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.

También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web:

www.fundacionmlc.org

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