Sara Losantos, psicóloga de FMLC
Desde hace unos años, en nuestra entidad recibimos a menudo consultas sobre duelo por correo electrónico, la mayoría de ellas procedentes de personas que han perdido a un ser querido recientemente. Cuando digo “recientemente” me refiero a que, cuando nos escriben, en general sólo han pasado un par de semanas, a veces incluso menos, desde el fallecimiento.
Estas personas nos escriben angustiadas, desbordadas por la intensidad de las sensaciones que están viviendo, sintiéndose incomprendidas. Nos piden con pocas palabras una orientación breve que les permita continuar con sus vidas, recolocarse en los primeros días o en las primeras semanas tras la pérdida.
A todos ellos, a los que nos han consultado en el pasado y a los que siguen preguntando, a los que están en esa misma situación va dirigida esta carta a un doliente reciente.
Qué hacer al inicio del duelo
Cuando el duelo nos golpea, necesitamos que nos digan que todo va a estar bien, que el dolor pasará, pero también necesitamos que nos digan cómo hacerlo.
Respetando el principio de que no existe un solo duelo igual a otro, es este artículo me atrevo a proponer una fórmula que recoge cinco ingredientes clave que deben estar presentes en un proceso de duelo sano, independientemente de que cada individuo vaya a necesitarlos en distinta medida.
Esta fórmula forma un acrónimo sencillo de recordar: TERCA y cada una de las letras contiene uno de los ingredientes principales. Sin duda esta fórmula es discutible y también mejorable, pero es un punto de partida desde el que empezar a caminar en esos primeros instantes.
La fórmula del duelo
-T de Tiempo: El tiempo es un elemento fundamental en cualquier proceso de duelo. No es el único ingrediente ni tampoco el más importante, pero es imprescindible: tiene que pasar tiempo para este proceso finalice y, sin embargo, sabemos que el tiempo no lo cura todo, sino más bien lo que cada uno haga con su tiempo. Esto quiere decir que el tiempo jugará en nuestro favor o en nuestra contra en función de lo que hagamos nosotros. Si buscamos ayuda y tomamos la firme decisión de superarlo, probablemente lo conseguiremos, mientras que si nos limitamos a dejar que el tiempo pase, probablemente el duelo se mantendrá intacto.
-E de Esperanza: Es un componente imprescindible de todo proceso psicológico y también del duelo. Es importantísimo mantener la esperanza de que se puede superar, de que en principio estamos ante un proceso sano y espontáneo que se resuelve sin intervención médica o psicológica. Hay que confiar siempre en las capacidades de uno mismo para que así sea, en el proceso en sí y, si fuera necesario, en la terapia.
-R de Red de apoyo: El duelo es un proceso que requiere de la presencia de otras personas. Vivimos en sociedad, es más difícil superar un duelo solo que teniendo a gente que nos apoye y permita, legitime y normalice el dolor del duelo. Es la forma que tenemos de poner el dolor fuera de nosotros, si no, se queda dentro.
-C de Compasión: Probablemente la compasión de los demás y la nuestra propia sea una de las fuerzas más poderosas del universo. Para poder andar un camino sin exigencias, sin presiones, desde el respeto, confiando en que el ritmo de cada uno es el correcto, no podemos mandar sobre el corazón.
-A de Amor: El amor, junto con la compasión, es la fuerza más poderosa y más terapéutica del universo. El amor de los otros, manifestado en forma de presencia, de contacto frecuente, de ayuda en las tareas cotidianas, el amor de los profesionales que se implican en los procesos, ese amor de ágape y no de filia que señalaba Carl Rogers, y el amor a nosotros mismos, que se manifiesta en el autocuidado.
Resulta muy significativo que la palabra que las letras de esta resolución rápida del duelo forman sea TERCA: porque hace falta mucha terquedad y una voluntad firme para superar el duelo, ya que normalmente no se resuelve a la primera y hay que intentarlo varias veces.
Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web: