Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC
El pasado fin de semana un jugador de la categoría cadete del Alzira se desplomó por un ataque cardíaco mientras disputaba un partido de fútbol en la localidad valenciana de Ontinyent. A sus quince años, la muerte le sobrevenía practicando deporte en el césped junto a diez compañeros y once rivales.
Esta clase de sucesos no son frecuentes, pero tampoco son casos aislados y, desgraciadamente, muchos deportistas -incluso los menores de edad- no están exentos de sufrir esa situación ni de presenciarla.
Los responsables del equipo han pedido ayuda a la federación de fútbol, que debiera estar preparada para abordar estos temas, pero por si no lo estuviera, desde FMLC queremos aportar unos consejos para estos primeros momentos que se han vivido.
Cómo atender el duelo colectivo
Lo primero hay que tener en cuenta en este caso es que se trata de un duelo colectivo: hay muchas personas afectadas por la pérdida, desde la familia más cercana del futbolista, hasta sus compañeros del equipo, el cuerpo técnico y las categorías inferiores por las que haya pasado, rivales y, por supuesto, los familiares de otros niños que estuvieran en el campo.
Ser testigo de un fallecimiento de esas características nos impacta por muchos motivos: lo inesperado, la relación con el fallecido, la incapacidad para percibir la gravedad de manera previa… son factores que nos van a influir en los primeros momentos.
Características del duelo por una pérdida repentina
Tras un fallecimiento de estas características, hay una serie de factores que debemos considerar normales:
-Es habitual que al principio todas las personas que hayan sido testigos del suceso traten de buscar alguna señal que se les pudiera haber pasado por alto, como algún síntoma previo, un indicador físico, comentario, etc., que indicase lo que iba a ocurrir.
-Es normal que los presentes revivan los instantes del fallecimiento.
–Los adolescentes tendrán muchas preguntas que sería bueno que planteasen.
-Puede aparecer en los dolientes cierto miedo a que les vuelva a pasar algo así.
-Muchos experimentarán síntomas físicos y tenderán a reinterpretarlos con mucho temor a vivir la misma situación.
Cómo atender el duelo por una muerte súbita
Algunas claves para acompañar a las personas que han vivido de cerca un suceso de estas características o han perdido a un ser querido en circunstancias inesperadas:
–Respetaremos y legitimaremos sus emociones: es normal que se sientan tristes, asustados, perdidos, confundidos…
–Es importante propiciar espacios para que se hable de lo que ha pasado. En este caso concreto sería bueno que el equipo del Alzira se reuniese varios días con una persona experta en duelo y abordase la situación. No hay que silenciar ni evitar nombrar lo que ha pasado.
–Los entrenadores y adultos tienen que hablar de lo que ha ocurrido y lo que ha supuesto para ellos. Es normal sentirse triste e incluso aterrado tras una experiencia así.
– Buscaremos un espacio para el recuerdo. Podemos:
- – Pensar qué haremos con su camiseta.
- – Plantear si queremos escribir algunas anécdotas que hayamos vivido con él.
- – Organizar algún tipo de homenaje.
-Al principio dejaremos espacio para que los compañeros del fallecido puedan ausentarse de los entrenamientos si sienten malestar.
–Ofreceremos apoyo extra tanto a los compañeros como a los entrenadores, ya que son momentos complicados.
-Trataremos de ir retomando las rutinas poco a poco.
-Podemos elaborar un obsequio en memoria del fallecido para entregárselo a sus padres.
–Huiremos de frases hechas como: “Hay que ser fuertes”, “A él no le hubiera gustado…”, “Vamos a hacerlo por él”, “Podría haber sido peor”, etc.
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dude en consultar nuestra página web: