Sara Losantos, psicóloga de FMLC
El accidente del Airbus de la compañía GermanWings nos ha conmocionado e impactado a todos. Se sabe que entre los pasajeros fallecidos hay víctimas españolas, pero la tragedia no entiende de nacionalidades. Ya lo dijo Publio Terencio: “Ningún sufrimiento humano me es ajeno”. Ahora, comienzan unos días de mucha incertidumbre y dolor para los familiares de las víctimas del siniestro aéreo.
El hecho de que la muerte de sus seres queridos haya sido causada por un accidente de aviación añade al duelo de las familias un componente traumático. Así, en los primeros momentos tras conocer la noticia pueden producirse reacciones propias del trastorno de estrés postraumático. (Embotamiento emocional, sensación de desapego de la realidad, insomnio, irritabilidad, hipervigilancia). Por eso tenemos que estar preparados para responder a las necesidades de quienes van a vivir más directamente estas pérdidas.
Atender el duelo: Escucha y cercanía
Cuando se produce una tragedia de esta magnitud, todos los agentes sociales estamos llamados a prestar nuestro apoyo a los afectados, cada uno desde su campo de acción. Nuestra presencia, cercanía y, especialmente, la escucha van a jugar un papel fundamental en la atención de su duelo, porque el dolor necesita de otro ser humano que lo valide, que lo permita y que lo legitime para disolverse, deshacerse y aceptarse.
Solamente un ser humano puede aliviar el dolor de otro, porque somos seres sociales y necesitamos el consuelo de nuestro entorno. Pero prestar apoyo en estas circunstancias no es tarea fácil. “Ni el sol ni la muerte pueden mirarse fijamente ni duramente mucho tiempo”, dijo François de la Rochefoucauld. Y tenía razón: como individuos, nos resulta muy difícil sostener nuestra mirada ante el sufrimiento y el dolor ajeno. Sin embargo, cualquier esfuerzo que hagamos será crucial para las víctimas, porque el dolor necesita testigos para sanar.
Cómo ayudar a los familiares de las víctimas
Mi experiencia como experta en duelo me permite afirmar que cualquiera de nosotros puede prestar un gran apoyo a los familiares de las víctimas del accidente de avión. Pero sólo si respeta su expresión emocional y sigue algunas pautas básicas de comportamiento, en función del ámbito desde el que actúe.
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● Desde el entorno de las familias. Es importante respetar las reacciones emocionales de los dolientes, especialmente en los primeros momentos tras conocer la noticia. No hay que poner normas ni plazos al duelo, ya que la respuesta de cada persona siempre es diferente. Aunque se suele menospreciar el poder de la escucha y del acompañamiento, en realidad esta es la mejor ayuda que podemos ofrecer a las familias en estas circunstancias. Si no se sabe qué decir, es mejor no decir nada y darles nuestra cercanía. Reconforta más un acompañamiento en silencio, o un abrazo, que una frase hecha.
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● Desde el ámbito socio-sanitario. A menudo, cuando una familia recibe la noticia del fallecimiento de un ser querido, los profesionales socio-sanitarios son quienes están presentes en esos primeros momentos. El acompañamiento que presten a los familiares influirá en gran medida en la evolución posterior de su duelo. Si hay que comunicarles la noticia del fallecimiento de un ser querido, es aconsejable hacerlo con cuidado. Asimismo, la escucha atenta, sin juicio y realizada con interés será una ayuda fundamental para el doliente en esta primera fase de duelo agudo.
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● Desde los medios de comunicación. Limitar el alcance y contenido de las imágenes del accidente aéreo es la mejor manera de informar y dar apoyo a los afectados por la tragedia. Los estudios científicos demuestran que estas imágenes tienen un enorme impacto sobre las familias. Y pueden complicar el proceso de duelo que están atravesando.
El duelo infantil tras una pérdida traumática
Es muy importante controlar y dosificar la información a la que van a tener acceso los menores afectados por la tragedia. Así podremos protegerles del impacto que tiene para ellos una información que es traumática. Es esencial tener una comunicación abierta con ellos para que puedan anticipar lo que es esperable que ocurra a partir de ahora, o cómo van a cambiar sus vidas, porque eso les preocupa muchísimo. Puede servirles de ayuda que nos mostremos disponibles por si nos quieren consultar algo, pero sin llegar a agobiarles o presionarles.
La rutina sirve como contención del dolor y les sirve también para estar en contacto con el que es su grupo de referencia, sus compañeros de colegio y sus amigos. El entorno debe entender que la forma de expresión de un menor es distinta de la nuestra. Nuestros menores se comunican usando las nuevas tecnologías y debemos respetar el modo en el que se expresan. Los adultos debemos prestar especial atención a problemas de sueño o de la alimentación que puedan aparecer y consultar con un especialista en caso de duda.
En conclusión, sea cual sea nuestro papel, al atender a familias de las víctimas de un accidente traumático, en los primeros momentos debemos tener presente que no existe una frase o una fórmula que alivie el dolor de la pérdida. Pero sí podemos apoyarles con la escucha activa de su dolor, estando presentes y mostrándonos sensibles con su situación.
Estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dudes en consultar nuestra página web: