Sara Losantos, psicóloga de FMLC
En artículos anteriores hablábamos sobre las posibles reacciones de la familia y seres queridos ante el duelo de una persona.
Hoy analizaremos las circunstancias especiales que pueden afectar a la respuesta y al apoyo que presta el entorno al doliente.
El duelo en la familia
Cuando una persona que ha sufrido la pérdida de un ser querido busca apoyo en su entorno familiar, cabe la posibilidad de que sus familiares cercanos también estén sufriendo y se encuentren atravesando su propio proceso de duelo.
Imaginemos a una familia en la que fallece un niño y los padres, los tíos y los abuelos están en duelo: en ese caso, el entorno no tiene la capacidad de contener ni de atender el sufrimiento de esos padres, por lo que habrá que buscar otros espacios que sirvan a este fin.
Claves del acompañamiento en duelo
También existe la posibilidad de que la familia (entendida en un sentido amplio) claudique, es decir, que abandone sus esfuerzos por apoyar y acompañar al doliente. Esto ocurre en ocasiones, cuando no saben qué decir o cuando omiten o esquivan el tema abiertamente.
En nuestra sociedad, muchísima gente parece mantener la creencia de que existe una frase, una palabra o un comentario que aliviará el dolor de manera rápida y definitiva. Y esa fórmula rápida, cocinada al albur de una sociedad que huye del sufrimiento y que lo considera enfermizo, no existe. De hecho no hay nada que una persona pueda decirle a otra y que consuele o calme su dolor.
La escucha en el duelo
En los primeros momentos tras la pérdida, lo importante no es lo que puedan decir las personas que rodean a la persona en duelo, sino lo que puedan escuchar. Lo más terapéutico para el doliente es tener testigos de su dolor que lo acompañen, que lo legitimen, que lo validen.
Tan importante es dejar un espacio a la escucha y tan poco importante lo que podamos decir, que se hace necesario mencionar los riesgos que implica enviar mensajes inadecuados sobre el duelo. Estamos hablando de las ideas irracionales que existen en nuestra sociedad acerca del duelo y que se basan en percepciones erróneas de la realidad en la que vivimos.
El ser humano es un ser racional, quizás el más racional que habita sobre la faz de la tierra, pero no siempre se comporta de manera racional. A veces, comete errores cognitivos y tiene ideas distorsionadas sobre la realidad.
Los mapas de la realidad
Todos nosotros tenemos ideas preconcebidas o simplificadas sobre la realidad que, por ejemplo, nos permiten predecir rápidamente cómo es una persona y si queremos acercarnos a ella o no, a partir de las primeras impresiones. Podríamos describirlos como mapas con una visión esquematizada y resumida de la realidad, que nos ayudan a manejarnos en el mundo y en la vida con el menor número de datos posibles. Esto nos permite sobrevivir y adaptarnos a nuestro medio, así como tomar decisiones de un modo más rápido.
Esta explicación se debe a que todos tenemos una idea acerca de cómo debe resolverse el duelo o cómo es este proceso. Estas ideas preconcebidas acerca del duelo a veces se basan en la experiencia (que, como hemos dicho, no es universal) y, a veces, ni siquiera eso. Pero tener esas ideas nos permite acercarnos al duelo de una manera menos amenazante. En el próximo artículo analizaremos cuáles son las falsas creencias sobre el duelo más extendidas y por qué resultan perjudiciales para el doliente.
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web: