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Cuando volver a las aulas te cambia la vida

En la sociedad actual, asistimos con desasosiego a un problema que lastra las expectativas de futuro de un segmento importante de la población juvenil: sin estudios, ni perspectivas de trabajo, muchos jóvenes se enfrentan al aislamiento social y económico. Ofrecerles una ventana desde la que encauzar su trayectoria profesional, a la vez que se impulsa su desarrollo personal, implica una nueva oportunidad para ellos y propulsa un cambio de rumbo en sus vidas.

Actualmente, en España la tasa de paro entre los jóvenes de entre 20 y 24 años que no han concluido el Bachillerato es del 43%, una cifra que se dispara hasta el 61% si no han llegado a terminar la ESO, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En un mercado laboral cada vez más competitivo y especializado, estos chicos se encuentran en una situación muy frágil: con muy pocas posibilidades de acceder a un empleo, el riesgo de que acaben sufriendo exclusión crece a medida que cumplen años sin encontrar una salida profesional.

Suelen ser jóvenes que arrastran un largo historial de fracaso escolar: con ausencia de referentes, falta de motivación, familias desestructuradas o que no disponen de tiempo para atenderlos cuando empiezan a manifestar problemas, estos chicos y chicas sienten una gran desconfianza hacia el futuro y un profundo desinterés por lo que se les ofrece en las instituciones educativas.

Un problema a largo plazo

Tienen mermada la posibilidad de realizar actividades y adquirir productos, lo que limita sus relaciones. También están privados de la red social que proporciona el mundo laboral y educacional. Como consecuencia, pueden sufrir efectos tan graves como el aislamiento, la desafección social o la desconfianza en la sociedad.

Su principal necesidad es estudiar y formarse para conseguir un empleo, pero no menos importante es que recuperen la autoestima, sientan que sirven y que su vida tiene sentido. Es necesario proporcionarles una formación integral que les permita mejorar sus habilidades sociales, para que puedan integrarse plenamente en la sociedad y no sólo obtener un empleo.

La mayoría de estos jóvenes se encuentran en una espiral de la que consideran difícil salir, sin embargo, esta labor es posible a través de proyectos enfocados no sólo en mejorar su empleabilidad, sino también a mejorar su motivación y perspectivas de futuro.

FMLC, en colaboración con la Asociación Norte Joven, trabaja por ofrecer una nueva oportunidad a estas personas, a través de una educación integral. El poder transformador que tiene la educación y el mero hecho de apoyar a un joven que decide retomar los estudios puede transformar su vida para siempre.

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