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Cómo afrontar el duelo por un ser querido en Navidad

Pilar Pastor, psicóloga de FMLC

 

Con la cercanía de la Navidad, gran parte del tiempo que dedicamos estos días a las consultas con los dolientes gira en torno a este tema. Resulta muy difícil abstraerse del calendario y no pensar, planificar o temer esta época del año que puede resultar especialmente sensible para los que han perdido a un ser querido.

Es frecuente escuchar que la Navidad constituye una época difícil, poco grata, o demasiada larga para muchas personas, que desearían que esta época pasase más deprisa. Son fechas que invitan a la melancolía, al recuerdo, pero también a los compromisos familiares, de trabajo y amigos, obligando a veces a reunirse con aquellos con los que se tiene un conflicto. Si a esto se une el hecho de haber sufrido una pérdida, todo se suma.

La Navidad durante el duelo inmediato

Cuando el duelo se encuentra en una fase aguda, ya sea porque la pérdida ha sido reciente o porque el nivel de dolor aún es muy intenso, muchos dolientes se sienten incapaces de celebrar la Navidad o simplemente reunirse con su familia.

A las personas de su entorno cercano solo les corresponde respetar ese dolor, así como las decisiones tomadas por la familia o el doliente, y mostrarse accesibles y dispuestos a acompañarle en la medida de lo posible.

La Navidad durante el duelo avanzado

Sin embargo, las pocas ganas de reunirse con la familia o de celebrar el Año Nuevo (posiblemente uno de los días más duros para los dolientes) no sólo se dan en las personas que han sufrido una pérdida muy reciente, o en quienes afrontan la primera Navidad sin su ser querido.

Para muchas personas que se encuentran en un momento más avanzado de su duelo, o lo sienten ya más elaborado, la Navidad es una época de mayor contacto con la tristeza y la ausencia. También es una época en la que resulta normal que los dolientes se sientan desganados y peor emocionalmente, lo que les lleva a pensar que han retrocedido en su avance.

En estos momentos es también habitual que aparezca cierta sensación de culpa frente a la perspectiva de una celebración o reunión: “¿Cómo voy a disfrutar si ya no está esta persona?”, es un pensamiento frecuente. Esta clase de sentimientos bloquean todas las pequeñas y buenas sensaciones que puedan obtenerse del encuentro con los demás en estas fechas.

Diferentes maneras de vivir el duelo

En el camino del duelo no se está solo, generalmente se recorre junto a la familia, los amigos o la gente más cercana. Cada uno vive su proceso de forma distinta y con necesidades diferentes, que seguramente se manifestarán a la hora de planificar la Navidad.

Es normal que cada doliente prefiera celebrar la Navidad de forma distinta, en función de su propio proceso de duelo, y que haya que “negociar”. Decidir con la familia cómo organizar estas fiestas puede ayudar a reducir la incertidumbre y a prepararse emocionalmente para estas fechas.

Recursos de ayuda

Seguramente cada persona en duelo vive estos días de forma distinta, según su bagaje vital y familiar, y en función de cómo esté afrontando su duelo. Por esta razón, resulta imposible dar recomendaciones concretas. Pero siempre es de gran ayuda pararse a pensar y plantearse a uno mismo cuestiones como:  ¿Qué intuyo que me va a ayudar? ¿Qué me siento incapaz de hacer o celebrar? ¿Con quién quiero estar? ¿A quién puedo recurrir si me siento con necesidad de ayuda?

Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o para solicitar ayuda gratuita, no dude en consultar nuestra página web:

 www. fundacionmlc.org

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