Patricia Díaz, psicóloga infanto-juvenil de FMLC
Debido a su trabajo, los profesores están en contacto con muchos niños y familias, por lo que es lógico pensar que antes o después van a encontrarse con una situación de duelo en el aula: desde las más naturales, como que fallezca un abuelo, hasta otras más inesperadas como la pérdida de un progenitor, la muerte de un hermano, o incluso el fallecimiento de un compañero.
A menudo los educadores nos comentan que, hasta que no tiene lugar un suceso de este tipo, jamás se plantean la necesidad de abordar ese tema o de buscar información o unas directrices sencillas para “salir del paso”. Es razonable pensar que todos querríamos evitar esa situación, pero en muchos casos no es posible, por eso os dejamos algunas cuestiones prácticas que puedan guiar a los maestros en esas situaciones.
Preparar la vuelta a clase del niño en duelo
La vuelta de un niño en duelo al aula siempre es complicada: aparecen muchos miedos sobre si debemos abordar el tema, preguntarle, hablarlo en grupo… en primer lugar, el profesor podría esperar al alumno en la puerta, tras haber informado previamente a la clase de lo sucedido.
Ahora mismo, gracias a la tecnología, casi toda la gente se entera de los acontecimientos importantes de forma inmediata, así que es probable es que para entonces los niños ya lo hayan averiguado de un modo u otro. Si no lo saben, conviene preguntar al alumno en cuestión cómo prefiere hacerlo: si quiere ser él quien comunique a los compañeros su pérdida o si prefiere que sea el profesor quien dé las explicaciones sobre el fallecimiento.
Cuando nos encontremos por primera vez con el alumno, le diremos que sabemos lo que ha pasado, que nos comunique cualquier cosa que le preocupe o que necesite y que, hasta que todo se normalice, habrá algunas cosas excepcionales que puede hacer. Tranquilizaremos sus conductas dependientes y le diremos que entendemos que manifieste emociones como tristeza o enfado, que estamos ahí para ayudarle y que si necesita algo nos lo puede decir, que estaremos pendientes de él.
Valorar acciones excepcionales en el aula
Hay momentos en los que el niño necesitará salir, puede que porque se sienta emocionado o simplemente porque tenga ansiedad por saber si otros familiares están bien. Podemos pactar con él que pueda realizar una llamada o una salida del aula si lo necesita. También le explicaremos que este permiso es excepcional, temporal y que trataremos de que recupere la normalidad poco a poco.
Además, podemos sentarle cerca de un compañero que pueda ayudarle y con quien se sienta protegido si es lo que requiere en ese momento.
Anticipar una bajada en el rendimiento
A veces las bajadas del rendimiento académico son normales y esperables, tras un fallecimiento es habitual que el niño tenga muchas cosas que atender y de las que preocuparse, y esto puede repercutir en el rendimiento académico.
Aunque esta circunstancia sea normal, es preferible que nos podamos anticipar y hacer algunas cosas para ayudar a nuestro alumno en duelo, algunas sugerencias son:
- -Revisar que lleva el material necesario para hacer sus deberes.
- -Ayudarle a apuntar en la agenda cosas importantes.
- -Comprobar que ha entendido las cosas dedicándole un tiempo extra.
- -Pedir a algún alumno que le ayude a organizar su estudio.
- -Facilitarle los apuntes de los días que haya estado más distraído o afectado.
- -Comprobar que entiende lo que se le pide en los exámenes.
- -Concederle un tiempo extra para exámenes y trabajos.
Trabajar las conductas indeseadas en el duelo infantil
A veces, asociadas al duelo aparecen conductas indeseables. El niño se muestra más agresivo y protestón, a veces se aísla y aparecen comportamientos destructivos y/o violentos, derivados del hecho de sentirse diferente o simplemente por la frustración que aparece tras el fallecimiento, de ahí que pueda darse en el alumno en duelo un aumento de la agresividad o de conductas violentas hacia objetos o compañeros.
Es importante que el profesor se encuentre cerca para explicar que esas conductas no se van a consentir y que, aunque entendemos que esté de peor humor y que todo le resulte más difícil, no vamos a permitir ese comportamiento: “Comprendo que estés así, creo que lo que te pasa es que estás enfadado por/eches de menos a/te sientas triste cuando… Pero actuar así no va a ayudarte”.
Tener en cuenta las fechas especiales tras una pérdida
Podemos encontrarnos con situaciones relacionadas con fechas señaladas que pueden afectar o incomodar al alumno en duelo, como:
- Aniversarios del fallecimiento.
- Cumpleaños.
- Día de Padre o de la Madre.
- Actuaciones deportivas o competiciones.
- Actos académicos.
Si nos fijamos bien, durante un curso escolar siempre hay determinadas fechas que pueden generar alguna reacción en los menores en duelo. Lo aconsejable es preguntar al alumno qué quiere hacer, si desea participar de la actividad.
Si es algún evento con público, podemos garantizar que alguien va a estar pendiente de él, ya sea otro familiar o un miembro del claustro, para ayudarle a prepararse y verle si es que ningún pariente pudiera asistir. Si la situación va a ser muy incómoda para el menor, lo mejor es preguntarle y, si no se siente capaz ni cómodo, darle permiso para que no participe en ese evento o competición.
Para saber más sobre la atención del duelo en menores, podéis acudir a nuestro servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, solicitar que impartamos una charla gratuita para padres y profesores en vuestro centro educativo (a través de este proyecto) o descargar gratis nuestro manual práctico “Hablemos de Duelo”, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los niños y da claves sobre cómo viven el duelo los menores según su edad.
También incluye un apartado sobre cómo atender el duelo en el colegio y cómo ayudar a afrontar el duelo a las personas con discapacidad intelectual. La guía está disponible gratuitamente para su descarga en nuestra página web: